El ahora como única morada

Vivimos en un mundo que se mueve rápido. Hay prisa por todo: por llegar, por cumplir, por mejorar, por producir, por no quedarse atrás. Es fácil quedar atrapado en ese ritmo, creyendo que solo si aceleramos un poco más, al fin alcanzaremos esa vida que imaginamos. Pero la verdad es que, mientras corremos hacia un futuro que no conocemos, muchas veces se nos escurre entre los dedos lo único que realmente tenemos: el momento presente.

El pasado ya no existe. Lo que fue, ya fue. Podemos aprender de él, sí, pero no vivir en él. Y el futuro, aunque valioso para planear, es un territorio incierto. No nos pertenece todavía. Aferrarnos a lo que no está aquí es una de las trampas más frecuentes del sufrimiento humano.

Vivir plenamente no es tener una vida perfecta. No se trata de eliminar el dolor, ni de tenerlo todo bajo control. Se trata más bien de tener la humildad de aceptar lo que hay, lo que somos, y desde ahí elegir con conciencia cómo queremos vivir. Es reconocer que no podemos decidir lo que sentimos, pero sí podemos decidir cómo responder. Ahí está nuestra verdadera libertad: en el uso intencional del libre albedrío, al servicio de lo que realmente importa para nosotros.

Cuando nos conectamos con nuestros valores —esas direcciones profundas que dan sentido a nuestro andar—, podemos empezar a construir una vida auténtica, incluso en medio de las dificultades. No necesitamos esperar a que todo esté en orden para empezar a vivir con plenitud. De hecho, el momento para hacerlo es este: aquí y ahora.

La práctica de la atención plena no es solo una técnica; es una forma de estar presentes para nuestra vida. Estar presentes para quienes amamos. Para nuestras decisiones. Para nuestros errores. Para nuestras pausas. Para nuestros silencios.

Como psicólogo, sé que no es fácil. No se trata de imponer una actitud positiva ni de negar el malestar. Se trata de hacer espacio a la experiencia humana tal como es, con compasión, y elegir seguir caminando. Porque cada paso consciente que damos en dirección a nuestros valores, es un paso hacia una vida con sentido.

"Cuando el ruido se apaga y sólo queda lo esencial: estar presente, juntos, aquí y ahora."


Agenda tu cita: Aquí

No hay comentarios.:

Publicar un comentario